Si has llegado hasta aquí y me estás leyendo, probablemente no te quepa duda de que la pronunciación es un elemento más de la lengua y, por tanto, debe ser enseñado, aprendido y amado. Si todavía te queda alguna duda o no tienes claro por qué, probablemente sea por el daño enorme que han hecho en ti los grandes mitos relacionados con el español como lengua extranjera (ELE). Llevo desde el 2005 en el mundo ELE, y desde 2015 ofreciendo clases de pronunciación del español, y mucho me duele admitir que esos mitos siguen estando muy presentes. De algunos de ellos hablé en esta entrevista, y no me voy a cansar de repetirlo porque me da mucha pena que me sigan llegando personas a diario preguntándome: \”¿Por qué no me dijeron esto antes?, me habría ahorrado tanta frustración…\”.
Estoy convencida de que la pronunciación se debe enseñar/aprender desde el primer día. Hay MUCHÍSIMAS razones pero la más básica es: ¿Por qué aprender algo mal y luego tener que aprenderlo bien? Y te puedes preguntar: \”¿Por qué lo aprendo mal si tengo un/a profe nativo/a y escucho audios en español?\” Pues bien, lo aprendemos mal porque tenemos una sordera a la lengua extranjera que aprendemos; y, si no nos lo enseñan de manera explícita, aplicamos la pronunciación de nuestra lengua materna a la LE. ¿Has vivido alguna vez algo parecido?
- A ver, repite: \”¿Eres de Madrid?\”
- ¡Eres de MEdrit!
- No, no, \”maDRID\”
- MEdrit
- maDRID 🙄
- … 😳
Si no nos lo enseñan y/o no tenemos un \”oído no sordo\” (\”buen oído\” que se suele decir), es improbable que podamos captar que es una pregunta y no una sorpresa, que la sílaba tónica cae en una posición y no en otra, y que la vocal es más abierta y tensa, por ejemplo. Y, fíjate, qué curioso, puedes tener un buen conocimiento de gramática, una admirable preparación sociocultural y un amplio vocabulario, pero no hacerte entender o no comprender lo que una persona nativa está diciendo. Muchas personas aprendientes del español llegan por primera vez a países de habla hispana y se enfrentan con un ambiente no tan seguro como el del aula, experimentan esa sensación y sienten mucha frustración porque falla la comunicación. Por esta razón, pasar por alto la enseñanza de la pronunciación, relegarla a los últimos minutos de clase, o centrarnos meramente en la corrección de sonidos aislados, es reducir drásticamente las posibilidades de éxito en la comunicación real con hablantes del español.
NO ME CANSARÉ DE REPETIRLO. 🙂
Bueno, vamos a los falsos mitos:
Falso Mito 1: El español es fácil de pronunciar
Supongo que no estaría trabajando como profe de pronunciación del español si esta lengua fuera fácil de pronunciar para todas las personas… 🙄
El español se suele comparar con el inglés, y se dice que la pronunciación inglesa y la gramática del español son difíciles, y la pronunciación del español y la gramática del inglés, fáciles. 😆 Esto es directamente falso, como mínimo, rebatible; primero, depende de la lengua materna que la persona tenga y del conocimiento de otras lenguas que posea; y segundo, podemos decir que el español tiene menos vocales que el inglés pero no podemos afirmar que eso lo hace más fácil. Las personas angloparlantes tienen serios problemas con la pronunciación de las vocales en español, y es uno de los aspectos que marca su acento extranjero y que dificulta su comprensión. No podemos olvidar la sordera que tenemos a la pronunciación de la nueva lengua (ni tampoco la sordera que tenemos cuando no pronuncian igual a como lo hacemos 😉 ).
Falso Mito 2: El español se habla como se escribe
Cuando afirmamos que \”el español se habla como se escribe\” estamos reduciendo la lengua a sonidos (y estamos omitiendo TODO lo que transmitimos con el ritmo, la acentuación y la entonación), y nos estamos olvidando de que algunas letras tienen más de una pronunciación dependiendo del contexto. Y, por si fuera poco, estamos obviando que hablamos de manera diferente en un contexto formal y en uno coloquial, donde reducimos y eliminamos algunos sonidos y sílabas tónicas, y donde la entonación es crucial para entender el humor, la ironía, el enfado, etc.
Falso Mito 3: la erre, la jota, la elle, la ce.
Hace un tiempo tuve una estudiante que, tras el diagnóstico inicial, me dijo que podíamos comenzar a trabajar/mejorar lo que yo considerara más importante según lo que me había dicho que necesitaba. Tras darle unas vueltas, pensé que lo mejor era comenzar por las uniones y la entonación. Después de la tercera clase, me escribió un correo para darme las gracias por haberle enviado el material de la última clase y me dijo: \”Gracias por el material, voy a practicar mucho, especialmente la erre\” 😯 🙄 ¡¡Pero si no hemos trabajado la erre todavía!!
Con este ejemplo con el que me quedé boquiabierta quiero decir que aunque yo no le dé tanta importancia a los sonidos individuales como mis estudiantes, pues los trabajo porque sé que para ellos/as sí que lo es. Es más, a veces (aunque pocas) suelen ser causantes de la falta de comprensión por parte de hablantes nativos/as, y es cuando considero que hay que abordar el tema de inmediato.
Estos sonidos con los que titulo el falso mito 3 son los más característicos del español. Pocas veces no te entienden porque no los pronuncies bien, pero es totalmente comprensible que los quieras aprender para sonar más natural o para que las personas nativas te digan lo bien que pronuncias (por desgracia, a veces solo se fijan en eso para valorar tu pronunciación 😐 ).
En fin, poco tengo que decir de las erres, hay que vibrar la punta de la lengua y eso no es fácil para todo el mundo. Con estos vídeos he ayudado a mucha gente, y con clases y seguimiento el éxito es del 95%.
La fricativa velar sorda (en j y ge gi) se pronuncia de manera diferente en España y América Latina, fricativa en mi país, aspirada en el español latino, por tanto, muchas veces, no es necesaria su corrección para que te comprendan o sonar más natural 😉
A la pronunciación de za, ce, ci, zo, zu, az, ez, iz, oz, uz le pasa algo similar. Somos una minoría de hablantes los que hacemos este fonema /Ѳ/ pero causa furor y muchas personas que aprenden español quieren saber pronunciarlo. Vale, no es necesario, pero también lo trabajo para que su aprendizaje sea efectivo.
Mi amiga la palatal sonora (escrita y o ll) presenta mucho poliformismo en el mundo hispano, es decir, se pronuncia de diversas formas incluso para el mismo dialecto y para la misma persona nativa. 😯 Por lo tanto, lo primero es elegir qué pronunciación quieres hacer y, sobre todo, saber cómo no la tienes que pronunciar. En el mundo angloparlante hay una tendencia a pronunciarla como \”i\” y eso puede causar un poco de confusión en la comprensión porque, por desgracia, no es una de las posibles formas de pronunciarla.
Falso Mito 4: Escuchar mucho tiempo te ayuda a mejorar
De esto ya hablé en esta entrada. En el español conversacional no vale la cantidad, vale la calidad. 😎
Tras las clases de pronunciación suele haber tareas, por ejemplo, escuchar cierto sonido en un audiovisual, marcar uniones de un texto, practicar la lectura… Pues bien, a veces, tengo estudiantes que pueden hacer más tareas de las que recomiendo, y me dicen en la siguiente clase, sin previo aviso de si es una buena idea, o no: \”Además de las prácticas que me recomendaste, he estado hablando solo/a y me he grabado, te adjunto los audios\”. O \”además de lo acordado, esta semana he estado escuchando un podcast cada día\”. Y, vale, mejor eso que nada, pero para mejorar la pronunciación, sinceramente y muy a mi pesar, no vale, porque si no escuchas prestando atención a lo que quieres mejorar, o no hablas teniendo esto en cuenta, pues no mejoras. Por eso, recibo a tanta gente que se queja de que llevan años escuchando y hablando español y, ¿cómo es posible que sigan haciendo los mismos errores? Pues, porque hay que saber cómo escuchar y cómo hablar.
Falso mito 5: Hablas muy rápido, por eso no te entiendo
Sí, en el español coloquial hablamos rápido, más en unos países que otros, y dependiendo de la persona y su estado de ánimo. Aunque no es justo culpar a la otra persona de su velocidad cuando no la entendemos, es verdad que a veces hablamos rápido y tú quieres comprender y, por supuesto, también quieres hablar rápido para poder meterte en la conversación y que no te interrumpan antes de acabar de hablar. ¿Cómo conseguirlo?
¿Te has planteado por qué a veces hablamos rápido? ¿Es porque pronunciamos los sonidos a mucha velocidad? ¿Es porque reducimos u omitimos algunos sonidos? ¿Es porque unimos algunas palabras? ¿Es porque no acentuamos algunas palabras?
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